Es la mejor técnica empleada para conocer las características del terreno en profundidad. Se trata de perforaciones de diámetro, (entre 65 y 130 mm) y profundidades superiores a las que se consiguen con las calicatas u otros ensayos comunes.
Con este sistema puede obtenerse testigo en cualquier tipo de terreno, aunque en suelos cohesivos blandos, grandes bolos y limos deben tomarse ciertas precauciones. En este procedimiento de perforación el utensilio de corte es una corona, situada en la boca del tubo de recepción del testigo.